Estuve, por fin, tomándome un café en la nueva Librería
Hydria. Debo decir que el local está muy, pero que muy bien. Me trataron
estupendamente.
Y qué decir del café…mmm se me hace la boca agua al
recordarlo.
Y lo que digo no es cuestión de peloteo ni nada parecido. Es la pura realidad.
Y lo que digo no es cuestión de peloteo ni nada parecido. Es la pura realidad.
Debo decir que es mejor de lo que me imaginaba y eso que
tengo mucha imaginación.
Tienen una pared en negro donde puedes escribir frases con
tizas de colores.
También cuenta con comodísimos sillones en los que poder relajarte tomándote un buen café y leyendo una revista o chateando.
También cuenta con comodísimos sillones en los que poder relajarte tomándote un buen café y leyendo una revista o chateando.
Porque si, tienen wifi.
Allí escribí esto, que la verdad se queda corto con lo que
puedo llegar a expresar con palabras lo que sentí al estar allí.
Me han dado las gracias por la entrada anterior que hice,
sobre su inauguración. Pero es lo menos que puedo hacer. Cada vez que he ido a
comprar un libro, me han tratado muy bien y esto es lo menos que podía hacer para
devolverles el favor. Además, se lo prometí y hay que cumplir las promesas.
Esta entrada también es para, a la vez que doy mi impresión,
invitaros a visitarla. Merece la pena perderse y descansar un rato allí. Y
decirles que me pasare por allí muchas veces más, de eso que estén seguros….
Lo último que quiero deciros es: no desaprovechéis la
oportunidad de pasaros a tomar algo, merece la pena. Y parece que me repito,
pero es la verdad. Como dice mi madre “siempre con la verdad por delante, que
mintiendo no se llega a nada.”
Asique ya sabéis. Si queréis distraeros y a la vez pasar un
rato entretenido, pasar por Hydria. No os vais a arrepentir…
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